El mandatario, de 68 años, ha permanecido en un ambiente de máxima protección desde que estalló la pandemia de COVID-19. Desde entonces ha trabajado desde su residencia en las afueras de Moscú, la capital rusa, que cuenta con un túnel de desinfección.
Además, aquellas personas que han acudido a la vivienda han tenido que someterse previamente a una cuarentena de dos semanas. "Putin probablemente vivirá en aislamiento durante un largo periodo de tiempo", ha asegurado al citado medio de comunicación una fuente cercana al asunto.
El Kremlin anunció hace casi cuatro semanas que Putin había recibido la segunda y última dosis de la vacuna contra la COVID-19. Sin embargo, su agenda está plagada de actos telemáticos, por lo que seguirá trabajando desde su vivienda.
Con la aprobación de tres vacunas, está previsto que el país logre vacunar por completo al 70 por ciento de la población para mediados de 2022.