Domingo, 06 Octubre 2019 17:28

Joker, nada de bromas

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El silencio sepulcral en una sala completamente llena es la mejor evidencia del impacto que la obra de Todd Phillips tiene en las audiencias, todos y todas las presentes estábamos igual de sorprendidos.

No en vano se ha convertido en el mejor estreno de un mes de octubre en toda la historia y se convirtió en la reina de la taquilla de este fin de semana con $93.5 millones.

Esta es una visión novedosa para los personajes de superhéroes, principalmente porque no hay nada súper estos personajes, no hay capas, no hay rayos láser saliendo de los ojos, pero principalmente, no hay héroes.

A pesar de ser una historia de origen, por lo tanto ubicada en el pasado, esta película abarca una gran cantidad de temas sociales muy actuales y nos muestra las dimensiones dramáticas que puede alcanzar las decisiones que tomamos como sociedad.

El primer golpe de realidad viene del panorama desolador de una ciudad dividida entre ricos y pobres, donde la brecha es tan drástica que sirve de sombrilla protectora para la corrupción generalizada, que paralizar los servicios básicos para quienes más los necesitan.

En el personaje principal confluyen las consecuencias del descuida de la salud mental, un elemento presente en prácticamente todas las culturas occidentales, donde las personas que buscan ayuda psicológica son catalogadas de inmediato como débiles o locas.

Además de eso, la violencia doméstica está presente y nuestra como las secuelas a largo plazo que producen son en gran medida parte del deterioro de los valores que permiten la convivencia social.

Este retrato tan complicado es posible gracias a que el director se toma el tiempo de adentrarse en la mente de su protagonista y de mostrar uno por uno los golpes que terminan por desmontar su personalidad hasta convertirla en el modelo de sociópata anarquista asesinado y torturador que eventualmente adopta el nombre de Joker.

Como todos los villanos, especialmente los de la vida real, el Joker no fue malo desde el principio, fue la violencia, el maltrato, el descuido y las ironías de la vida la que definen sus prioridades y aquello que le parece gracioso.

Este criminal, al igual que muchos otros, encuentra que la violencia le procura una alta dosis de atención de parte de toda la sociedad, eso es altamente significativo para alguien que se siente invisible desde niño, ignorado, aún en sus momentos de mayor necesidad.

Esta obra es una gran metáfora de como la violencia se convierte en una forma de catarsis, como lo señala Frantz Fanon, para los oprimidos y olvidados de todas las sociedades y debemos entenderla como un llamado de atención para reconocer en ella las posibles consecuencias que podemos traer sobre nosotros mismos.

Por eso lo reitero, el Joker no es cuestión de bromas.

Modificado por última vez en Miércoles, 09 Octubre 2019 20:44

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