La bebé jirafa ha sido recibida con los brazos abiertos ya que se trata de una especie en extinción cuya población en estado salvaje se ha reducido hasta los 1.500 ejemplares en su territorio nativo, en África.
Según sus responsables, la nueva inquilina del zoológico de Chester se encuentra sana y como pueden observar comenzó a andar a los pocos minutos de su nacimiento.