Alex Hawke, ministro de Inmigración australiano, ejerció el poder personal que le otorga la ley para revocar por segunda vez el visado del tenista serbio quien, ahora mismo, no podría defender su título en el Abierto de Australia que comienza el lunes y del que es nueve veces campeón.
El número 1 del mundo había admitido "errores humanos" en su documentación de viaje y las autoridades australianas siguen investigando su declaración por su postura frente a la vacunación contra el COVID. El juez Kelly presidió una nueva audiencia tras conocerse la cancelación del visado de Djokovic. El tenista no será deportado está noche sino que acudirá a una entrevista con los agentes de inmigración. Luego quedará una horas junto a sus abogados para posteriormente ser detenido hasta que el domingo en Australia, (23 horas del sábado en España) tenga lugar la audiencia definitiva para decidir si sigue o no en Australia.
De no prosperar las explicaciones de Djokovic, tendría que salir ya del país, al que se le podría prohibir la entrada durante tres años, lo que le impediría disputar el Grand Slam hasta 2025, ya con 37.
"Hoy he ejercido mi autoridad adscrita a la sección 133C (3) del Acta de Inmigración para cancelar la visa a Novak Djokovic, por motivos de salud y buen orden, basándome en el interés público", expuso Hawke en un comunicado publicado cerca de las seis de la tarde de Australia, 08:00 en España. Una razón muy genérica, pero con base en el apoyo popular de un 83% de la población, que según una encuesta de NewsCorp, exigía una deportación del serbio. Una medida popular en un país que celebra elecciones en mayo.
"Antes de tomar esta decisión examiné cuidadosamente la información que me proporcionó el Departamento del Interior, la Fuerza Fronteriza Australiana y el señor Djokovic. El Gobierno de Scott Morrison está firmemente comprometido a proteger las fronteras de Australia, especialmente en relación con la pandemia de COVID-19", sigue el ministro.
El primer ministro Morrison también se pronunció: "Nuestras sólidas políticas de protección fronteriza han mantenido seguros a los australianos, antes de la COVID y ahora durante la pandemia". Australia ha soportado uno de los confinamientos más duros del mundo y ahora los contagios por la variante ómicrom se han disparado, lo que ha obligado incluso a reducir al 50% el aforo de Melbourne Park.
El serbio, que no se ha vacunado contra la COVID-19, llegó el miércoles de la semana pasada al aeropuerto de Tullamarine con una exención médica extendida por el Open de Australia validada por un panel de médicos y epidemiólogos independientes, pero las Fuerzas Fronterizas invalidaron su visa y permaneció retenido y aislado en un hotel hasta el lunes pasado, cuando el juez Kelly ordenó su puesta en libertad basándose en que el jugador no tuvo tiempo suficiente para dar sus explicaciones. Sin entrar en el fondo de la cuestión.
Los agentes de fronteras consideraron irregular la exención médica, basada en que Djokovic se contagió de coronavirus (por segunda vez) el mes pasado. Eso le permitía sortear la cuarentena obligatoria de 14 días que Australia impone a los no vacunados. Su PCR positiva estaba datada el 16 de diciembre, pero el 17 acudió a actos en Belgrado sin mascarilla ni distancia social. Adujo que aún no conocía el resultado. Y el 18 concedió una entrevista con sesión de fotos al medio francés L'Équipe. "Un error de juicio", se disculpó en un comunicado posterior. Pero hubo más faltas. En su declaración de entrada mintió al responder 'no' en la casilla de si visitó un tercer país antes de viajar a Melbourne. Sin embargo, había estado preparándose en Marbella. "Error humano" de sus agentes, se disculpó también.
El caso es que Djokovic, que fue incluido en el sorteo del cuadro el jueves, ya tenía rival para debutar: su compatriota Miomir Kecmanovic y, según anunció el torneo, jugaría el lunes al circular por la parte alta. Sin tiempo para descansar tras dos jornadas de tribunales. Si es expulsado finalmente, su lugar lo ocupará el quinto cabeza de serie, el ruso Andrey Rublev, y desaparecería del camino de Rafa Nadal, con quien podría enfrentarse en semifinales. Aunque si ya hubiese orden de juego con horarios, su sustituto sería un lucky losser (tenista perdedor en la previa). Un embrollo monumental.