Elvis Presley ya era un número uno de la música cuando decidió volcarse al cine. No tuvo una carrera tímida o menor, sino que se lanzó a realizar una obra grande, con docenas de películas desde su debut hasta el final de su filmografía.
Estrella de fuego (Flaming Star, 1960) muestra el deseo del cantante de convertirse en una estrella seria y valorada dentro del mundo del cine. Cuando eligió realizar este proyecto, Elvis ya había hecho cinco largometrajes, incluyendo Prisionero del Rock and Roll (Jailhouse Rock, 1957), cuyas imágenes ya formaban parte del imaginario popular y le habrían asegurado por sí solas un espacio de privilegio en la historia del cine y la música.
A su manera, Estrella de fuego -como se estrenó en la Argentina- también se convertiría en su imagen más fuerte dentro de la cultura pop. Se trataba de un western dramático dirigido por Don Siegel y escrito por Nunnally Johnson, uno de los mejores directores de Hollywood y uno de los mejores guionistas, respectivamente. Con esa calidad artística de base, la película tenía las de ganar.
La historia es la de Pacer Burton (Elvis Presley), un joven cowboy hijo de un hombre blanco y una mujer kiowa. Pacer tiene un hermano llamado Clint, hijo del primer matrimonio de su padre. Su condición de mestizo genera algunas tensiones, pero las cosas se complican realmente cuando estalla una guerra entre blancos y kiowas, y Pacer debe tomar partido, ya que se vuelve imposible mantenerse al margen.
Los blancos no tienen una mala relación con Pacer o su familia, pero el racismo aflora y nadie está seguro, en particular la madre de la familia. Una joven blanca llamada Roslyn está enamorada de Pacer y nunca deja de confiar en él. Los kiowas, por su parte, no toleran que el joven no esté del lado de ellos y el drama crece. Sin duda es un guión fuerte e intenso, lejos de las comedias ligeras protagonizadas por Elvis.
No solo director y el guionista fueron importantes en Estrella de fuego: también se lo rodeó de un elenco de grandes actores. El padre fue interpretado por John McIntire, uno de los actores secundarios más importantes del western, al tiempo que el rol de la madre recayó en Dolores Del Río, estrella gigantesca del cine mexicano con una importante carrera en Hollywood. El papel del hermano fue para Steve Forrest, quien años más tarde sería el teniente Harrelson en la serie S.W.A.T. Y la joven Roslyn fue Barbara Eden, luego protagonista de la serie Mi bella genio. Gran elenco para acompañar al fotogénico y carismático Elvis Presley.
Los críticos valoraron mucho la actuación del cantante actor y rescataron su interés por un cine diferente a lo que se esperaba de él. En la película, Elvis solo canta una canción, que está justificada porque es una fiesta al comienzo de la historia. El tema principal, Flaming Star, está en los títulos, y no es Presley quien la interpreta dentro de la trama. Hubo otras canciones planeadas, pero el músico no quiso incorporarlas porque se veían tontas dentro de este guión.
Probablemente se trate de la mejor película que Elvis protagonizó en toda su carrera, pero además, tiene un grado de inmortalidad extra que proviene de un lugar inesperado.
Andy Warhol se obsesionó con las fotos publicitarias de la película a punto tal que en 1963 realizó una obra llamada Triple Elvis. Fue solo el comienzo de una serie de variaciones sobre esta foto, a punto tal que ese Elvis cowboy disparando a cámara se transformó es una de las imágenes más representativas, tanto de Presley como de Warhol.