La oposición nicaragüense exigió ese domingo“libertad, justicia y democracia”, en el marco del tercer aniversario de las protestas contra el régimen de Daniel Ortega.
“A tres años de ese 18 de abril, la lucha sigue, y el espíritu de lucha y valentía de los nicaragüenses sigue intacto, por lo que en este año 2021 el pueblo de Nicaragua permanece firme demandando libertad, justicia y democracia y con esperanza de un futuro en paz”, señaló la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia de Nicaragua, en una declaración.
Esa Alianza, que fue la contraparte del Gobierno en una mesa de negociación con la que se buscaba una salida pacífica a la crisis que vive el país desde abril de 2018, consideró que “a tres años del inicio de las protestas cívicas, los nicaragüenses tenemos la oportunidad de lograr el cambio en unas elecciones libres”.
En esos comicios, previstos para el 7 de noviembre próximo, se puede hacer “realidad los deseos que mostraron los jóvenes y los estudiantes con la gesta histórica que iniciaron” el 18 de abril de 2018, agregó.
El 18 de abril de 2018 estalló una revuelta popular por unas controvertidas reformas a la seguridad social y que luego se convirtieron en una exigencia de renuncia del presidente Ortega, debido a que respondió con una brutal represión contra los manifestantes pacíficos.
La represión de las fuerzas de seguridad del régimen, que también contó con la colaboración de grupos paramilitares afines al sandinismo, dejaron al menos 328 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organismos locales elevan la cifra a 684. El régimen, en tanto, reconoce 200.
Para la Alianza Cívica, el 18 de abril de 2018 “marca un hito en la lucha por la libertad de Nicaragua, fecha en que la juventud rompe el silencio y el miedo, y decide protestar cívicamente en contra de las injusticias sociales y la opresión a que tiene sometido al país la dictadura Ortega-Murillo”.
“Los jóvenes no soportaron más la arbitrariedad y las injusticias que el régimen cometía contra el medioambiente, dejando que se destruyeran reservas naturales importantes para la vida de los habitantes, y en lo social los atropellos contra los adultos mayores, agredidos por seudo leyes sociales que los humillaban y condenaban a paupérrimas condiciones de vida”, continuó.
“El saldo de muertos, heridos, exiliados, reprimidos, desaparecidos a partir” del 18 de abril de 2018, “y en los subsiguientes meses, son hoy la afrenta histórica de un régimen que, hasta hoy, sigue sin escuchar las demandas del pueblo de Nicaragua por libertad, justicia y democracia”, sostuvo.
En la víspera, la Embajada de Estados Unidos en Managua alertó a sus ciudadanos de posibles manifestaciones en Nicaragua en el marco del tercer aniversario de las protestas contra el Gobierno.
A juicio de la Alianza, los jóvenes y estudiantes rompieron “el silencio y el miedo con sus gritos de protesta, se tomaron las calles y sus universidades, clamando por justicia y libertad, despertando al país entero en su conciencia, pero a la vez provocando las más cruenta y brutal represión del régimen, que América Latina recuerde en las últimas décadas”.
En un recorrido, la agencia EFE ha constatado una fuerte presencial policial en el centro de la capital nicaragüense, en rotondas y en cercanías de centros comerciales.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) ha informado que ha recibido decenas de denuncias sobre “asedio y hostigamiento policial contra ex presos políticos”.