Italia culminó 2020 con un registro de 404 mil nacimientos, la cifra más baja de sus últimos 160 años y que ha llevado a que su tasa de fertilidad sea una de las más bajas de Europa.
Con las muertes por el COVID-19, el déficit entre los nacimientos y las muertes llegó a 341 mil, la mayor brecha desde la pandemia de influenza de 1,918.
Al respecto, el primer ministro, Mario Draghi, advirtió que este comportamiento está haciendo que “el país deje de existir lentamente”. Por su parte, el papa Francisco llamó al gobierno a implementar políticas que brinden estabilidad financiera y que permita alentar a los jóvenes a quedarse en el país y tener familias.
El líder religioso también destacó la creación de una bonificación para familias luego de cada niño nacido.
Italia tiene la segunda población más vieja del mundo y una de las tasas de fertilidad más baja en Europa con 1.27 nacimientos por mujer.