El emblemático Arco de Darwin, en el archipiélago de Galápagos, en Ecuador, colapsó parcialmente debido a la erosión natural de la estructura.
El derrumbe del dintel superior, que unía los dos pilares, fue descubierto por un barco turístico que navegaba en la zona y posteriormente fue confirmado por el ministerio de Medio Ambiente.
“Ver las imágenes nos da nostalgia porque es una imagen con la que estamos familiarizados, sin embargo, desde el punto de vista científico no nos sorprende porque es el resultado de procesos exógenos que ocurren todo el tiempo”, expresó Washington Tapia, director de Galápagos Conservancy.
La estructura medía alrededor de 43 metros de altura, 70 de largo y 23 de ancho y se ubica en una zona considerada de atractivo mundial para el buceo.