Río de Janeiro no esperará a dar por muerto al virus para cantar victoria. El alcalde Eduardo Paes, anunció este jueves que a principios de septiembre la ciudad se vestirá de fiesta para celebrar el principio del fin de las restricciones impuestas por la pandemia.
Del 2 al 5 de septiembre las principales calles y los paseos marítimos se cortarán al tráfico y abrirán paso a espacio a Djs y artistas locales. Los famosos Arcos de Lapa y otros monumentos recibirán una iluminación especial, el estadio de Maracaná albergará un partido para entregar la copa 'Renace Rio' y habrá descuentos especiales en los principales puntos turísticos.
Será el pistoletazo de salida para la flexibilización de las últimas restricciones en vigor, muy pocas, ya que hace tiempo que la ciudad recuperó prácticamente su ritmo habitual. A partir de septiembre se permitirá un 50% de públicos en estadios, eventos al aire libre y el acceso a discotecas y locales cerrados a quienes hayan completado la pauta de las vacunas. A partir de noviembre, la mascarilla sólo será obligatoria en el transporte público y centros de salud.
Las nuevas fiestas de septiembre abrirán una programación que durará todo el año ('Río de nuevo') y que culminará el 2 de septiembre de 2022 con un nuevo festivo que ya se quedará para siempre en el calendario municipal, el 'Día del Reencuentro'.
El alcalde asumió que todo esto está condicionado a que la vacunación siga avanzando y los números de muertes y contagios se mantengan a la baja: "Si hay necesidad, si el secretario de Salud viene y me dice que no se puede porque los casos están aumentando o porque llegó una nueva variante, inmediatamente interrumpimos cualquier proceso de apertura e imponemos nuevas medidas restrictivas", afirmó.
No obstante, el alcalde es optimista. Aunque con algunos sobresaltos, la vacunación está avanzando en las últimas semanas y en Río ya hay 3,7 millones de personas vacunadas con al menos una dosis (el 73% de los adultos) y 1,5 millones con las dos dosis. El objetivo es terminar de vacunar a los mayores de 18 años a mediados de agosto y luego empezar inmediatamente con los adolescentes. La variante Delta circula por la ciudad, pero de momento no ha provocado una multiplicación vertiginosa de los casos como en Europa.
Paes también confirmó que si todo sigue según lo previsto se celebrará la tradicional fiesta de fin de año en la playa de Copacabana, que antes de la pandemia solía congregar a casi tres millones de personas. El otro macroevento de la ciudad, el Carnaval, también está en marcha. El ayuntamiento está preparando un convenio con las escuelas de samba para que en caso de que un repunte de la pandemia obligue a aplazarlos, los desfiles del Sambódromo se realicen igualmente, pero en otra fecha. "Nuestro deseo es que Río sea la ciudad del mundo entero que celebre el reencuentro de la vida consigo misma", zanjó el alcalde.