La historia de Miriam Aragon Hay inicia en 1979, cuando sus padres se conocieron y la concibieron.
Resulta difícil imaginar un escenario más improbable para que el amor florezca, un país pobre, al borde de la guerra civil y en una zona rural, ahí llega una joven monja británica, enviada a ayuda los más pobres víctimas de la violencia de esa época y a predicar la palabra de Dios.
No se sabe con exactitud cuánto tiempo duro la relación de Verónica, madre de Miriam y Victor, pero cuando ella quedó embarazada fue sacada del convento y regresada al Reino Unidos para dar a luz.
Entonces ella no regreso a su natal Irlanda, sino que se fue a vivir a Manchester, nunca volvió a El Salvador, ni tampoco volvió a ver a Víctor.
Ya no que no podía volver a ser monja, consiguió trabajo como maestra, fue así que salió adelante con su bebé.
Miriam es ahora la madre de tres niños, pero recuerda que mientras crecía nunca supo nada de su padre.
Cuando tocaba el tema con su madre, la conversación se cortaba debido a las fuertes emociones que se apoderaban de ambas, todo lo que sabía era que su padre vivía en El Salvador.
Fue hasta que Miriam cumplió 19 años que su madre por fin rompió el silencio, revelando una historia que nunca se habría imaginado.
Al recordar el momento en que su madre le conto todos sus secretos, Miriam destaca que tuvo que asimilar que “No solo había nacido fuera de matrimonio, sino que era la hija de una monja. Yo era como un doble tabú”.
Siendo su madre originaria de Irlanda, Miriam entendió perfectamente lo que ella tuvo que sufrir, pues provenía de una cultura muy estricta en temas religiosos.
Desde ese momento hizo todo lo que puedo para trata de tener algún tipo de conexión con su padre.
Familia Perdida
Miriam se apoyó en el programa de televisión británico “Long Lost Family” (Familia Perdida), durante el show contó que se enteró del dramático e ilícito romance de sus padres cuando tenía 19 años.
Para ella fue una gran sorpresa enterarse que su madre fue monja y que estuvo en una misión en El Salvador, mientras que Víctor Aragon, su padre, era el guitarrista de un mariachi en 1976.
Miriam obtuvo de su madre una carta de ocho páginas que detallaban todos los recuerdo de su madre sobre aquel amor prohibido entre un joven llamado Víctor Aragón, un joven guitarrista que trabajaba en el convento.
Junto con la carta, Verónica también le dio a su hija una fotografía muy deteriorada de su padre, así como una cinta de audio que contenía un fragmento de una canción interpretada por su padre con su guitarra.
Para Miriam fue una gran revelación, pero principalmente se sintió conmovida de saber que había sido concebida con amor, “eso me dio mucho fuerza y coraje”, asegura.
Al cumplir los 25 años, con la bendición de su madre, agregó Aragón a su apellido en honor a su padre.
Hace 10 años Miriam encontró un documental en video sobre la guerra en El Salvador, increíblemente en el filme aparecía su padre.
“Ver una imagen en movimiento de alguien que no conoces, pero que es parte de ti es increíble”, explica Miriam.
Con esas imágenes y con las historias de su madre siempre siento “un tipo de conexión invisible” con su padre; sin embargo, había algo que hacía falta.
Esa ausencia se sintió mucho más hace cinco años, cuando se casó y no tuvo a nadie que la acompañara hasta el altar.
El rastro del Mariachi
La guerra civil en El Salvador estalló por completo solo dos años después del nacimiento de Miriam, de hecho una investigación realizada por el programa de televisión muestra que no había señal de Víctor en San Francisco Gotera, de donde era originario.
Eventualmente, el rastro indicaba que había un Víctor Aragón viviendo en Washington, D.C. donde muchos salvadoreños que huían de guerra hoy son ciudadanos.
Lograron contactarlo y confirmar que era de hecho el hombre que buscaban, un equipo del programa viajo hasta la capital estadounidense para escuchar la historia de Víctor.
Mientras la cámaras grababan, el hombre de 53 años contó que ahora se dedicaba a pintar y a decorar casas, también explicó lo difícil que fue para él su relación con la madre de Miriam.
“A su lado me sentía en el cielo, pero no podíamos dejarnos ver”, detalló.
Después que Verónica se fue de El Salvador, el único contacto que tuvo con ella fue a través de las monjas del convento, que le enseñaron una foto de Miriam recién nacida.
Sin embargo, no le permitieron quedarse con la foto, ya que todo el asunto era un secreto, por lo que Víctor tuvo que vivir solo con ese recuerdo en su mente.
Con el equipo de televisión le mostró una foto de Miriam, simplemente no pudo contener las lágrimas y aseguró que reconoció a “su niña” de inmediato.
Cuando ella supo que habían encontrado a su padre y que por fin lo conocería aseguró que “es hermoso saber que está ahí, que es real y que está vivo”.
“Acostumbraba a rezarle para que me mandara su amor de cualquier forma, ya que no podía estar conmigo”, aseguró.
Cuando Víctor emigró a los Estados Unidos no pudo más que continuar su vida normalmente, así que se casó y tuvo cinco hijos más.
En los video que transmitió en programe en un canal británico se puede ver como Miriam y Víctor se conocieron en un restaurante de Walles.
Totalmente emocionada, Miriam posó sus ojos sobre su padre y lo abrazó de inmediato, para ambos, padre e hija, era el momento que tanto habían soñado y deseado.
Luego del momento tan intenso y larga platica, cada uno desea formar parte de la vida del otro y compartir mucho más en el futuro.
Miriam aseguró, “Es todo lo que había deseado, tener ese vínculo con él… sentir que es parte de mí y yo de él”.
Está claro que la siguiente parte de esta historia se escribirá en Washington, D.C. pues Miriam está ahorrando para viajar y poder conocer a sus cinco hermanos.