Según los primeros reportes el objetivo del atentado pudieron haber sido los agentes encargados de la seguridad del estadio.
Según medios internacionales, se habla de 13 personas fallecidas, aunque otros medios lo han elevado a 15.
Los heridos han sido evacuados a los hospitales cercanos. La policía ha acordonado la zona y la prensa ha sido expulsada de las cercanías del estado. El Consejo de la radiotelevisión pública ha impuesto una prohibición temporal de emisión de ciertas imágenes del atentado, aunque la mayoría de los medios siguen informando sobre él.
El ataque tuvo lugar solo un día después de una macro-operación policial contra el crimen organizado y grupos armados con redadas simultáneas en todo el país en las que participaron unos cuarenta mil agentes.