Faltan muy pocos días para que se conozca cómo será conformado el nuevo gobierno afgano liderado por el Talibán, según anunció el vocero del grupo fundamentalista, Zabihullah Mujahid. Por otro lado, el funcionario talibán Ahmadullah Muttaqi dijo que se estaba preparando una ceremonia en el palacio presidencial en Kabul.
Aunque en un principio, países como Estados Unidos y los miembros de la Unión Europea rechazaron una Administración a manos del grupo talibán, ahora parecen acercarse más porque lo ven como un posible aliado para completar las evacuaciones y para combatir al Estado Islámico. Por su parte, Reino Unido reconoció "la necesidad de un relacionamiento directo".
Desde que tomó el control de Afganistán, el Talibán prometió que gobernaría con las diferentes etnias del país y ahora está por ver cómo las incluirá. Lo que se sabe hasta ahora es que el líder supremo del grupo, Haibatullah Akhundzada, tendría el poder final sobre un nuevo consejo de gobierno y habría un presidente como segundo al mando, de acuerdo a lo que le dijo un alto funcionario del Talibán a Reuters a mediados de agosto.
De ser así, el grupo estaría utilizando una forma similar de gobierno a la que aplicaron entre 1996 y 2001, cuando lideraron el país con el cumplimiento radical de la ley islámica sharia. Durante ese tiempo también tuvieron un consejo que no era elegido por los ciudadanos.
Además de la formación por la que opte nacionalmente, la otra cara de la moneda de lo que pueda suceder políticamente en un futuro está del lado de la comunidad internacional. Y es que durante la guerra, el país ha dependido en gran medida de las decisiones de inversión extranjera, de la ayuda de otras naciones y de las reservas de divisas. Y todo indica que este panorama no cambiará pronto.
La necesidad económica del Talibán para entablar relaciones diplomáticas con Occidente
Aunque el Talibán ha dicho que quiere un sistema financiero en pleno funcionamiento, no ha precisado cómo proporcionará la liquidez necesaria. Esto podría ser más difícil si la junta del banco central afgano logra su cometido de que el Departamento de Tesoro de Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional limiten el acceso del Talibán a los más de 10.000 millones de dólares en activos que tiene el Da Afghanistan Bank y que están principalmente por fuera del país.
Sin recursos, la crisis económica podría agravarse todavía más. La calificadora Fitch estima que la economía de Afganistán se contraerá 9,7% este año y por lo menos un 5,2% en 2022.
El exministro de Finanzas de Afganistán y uno de los políticos que conversan actualmente con el Talibán, Omar Zakhilwal, le explicó a la cadena 'Sky' la posición que podría tener ese grupo frente a la economía y los países internacionales.
“Es posible que (el Talibán) quiera guardárselo todo para sí mismo, pero sabemos que comprende la grandeza de gobernar aquí y la dificultad que enfrentarían si lo hicieran solos. También entienden que si los últimos 40 años nos muestran algo, es que la monopolización del poder no va a ser sostenible. Y ellos mismos fueron un ejemplo de ello. Así que estamos trayendo tanto el pasado como el futuro y también la necesidad de reconocimiento internacional de cualquier gobierno futuro, particularmente que la economía afgana depende tanto de la ayuda extranjera”, señaló.
Por todo eso es que el Talibán no ha cerrado las puertas a la comunidad internacional ni a la inversión extranjera. De hecho, el grupo ha afirmado que quiere tener una buena relación con Estados Unidos. Por otro lado, los países de Occidente han condicionado sus negociaciones con el nuevo gobierno afgano al comportamiento que tenga el grupo respecto a los derechos humanos.
El Talibán: un rival de las potencias occidentales que podría ser el nuevo aliado contra el Estado Islámico
Sin embargo, tanto las naciones occidentales como sus vecinos asiáticos tienen la necesidad de entablar puentes diplomáticos con el Talibán. El primer motivo es para buscar una salida segura a las miles de personas que siguen en Afganistán y que, de alguna manera, han colaborado con los países extranjeros. Esa es la razón principal por la que Reino Unido ya comenzó los diálogos con el Talibán en Qatar.
Y cada vez más los británicos se muestran dispuestos a tener una relación política con el grupo fundamentalista. Desde la capital qatarí, Doha, el secretario británico de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, afirmó este jueves que a pesar de que su Gobierno no reconoce una administración del Talibán, ven “la necesidad de poder tener un relacionamiento directo” con ellos. Raab agregó que los británicos juzgarán al Talibán “por sus acciones, no por sus palabras”.
El otro gran motivo por el que las naciones extranjeras se están aproximando al nuevo gobierno afgano es porque puede ser su único aliado para enfrentar al enemigo que tienen en común: el grupo Estado Islámico.
Incluso Estados Unidos, que fue el país que lideró la invasión de Afganistán en 2001 principalmente para derrotar y expulsar al Talibán, no descarta la idea de una alianza. El presidente del Estado Mayor Conjunto de EE. UU., el general Mark Milley, planteó este jueves que es “posible” que su país trate de coordinar con el Talibán los ataques antiterroristas en Afganistán contra militantes del Estado Islámico. Y agregó: "En la guerra uno hace lo que debe para reducir el riesgo de la misión y la fuerza, no lo que necesariamente quiere hacer".
Por su parte, la Unión Europea todavía no decide si reconocerá formalmente o no al Gobierno del Talibán. Anze Logar, ministro de Relaciones Exteriores de Eslovenia, el país que tiene la presidencia de la UE actualmente, explicó que la designación del Talibán como una organización terrorista por parte de algunos Estados de la UE significaba que el reconocimiento no era solo una cuestión diplomática, sino también legal.
“Estamos lejos de siquiera abordar esta cuestión”, precisó Logar a Reuters el pasado miércoles y agregó que “es probable” que los jefes de estado de la comunidad discutan esto en las dos cumbres de la UE programadas para octubre, en Bélgica y Eslovenia.
Más allá de si hay o no un reconocimiento, algunos países del bloque quieren mantener su participación militar en Afganistán, como lo planteó Alemania este jueves en la reunión de ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa de la UE.
La propuesta de este país, una de las potencias militares más fuertes de Europa que normalmente opta por no enviar tropas al extranjero, es que el bloque comunitario tenga una fuerza de reacción rápida para desplegarse en casos en los que se necesite. Su idea es que la UE no dependa de Estados Unidos, como ocurrió en Afganistán.
El jefe de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, está de acuerdo con esta postura y presiona al bloque de los 27 para que creen una “primera fuerza de entrada” con cerca de 5.000 soldados. Aunque esto todavía no está en firme, pues antes debe ser aprobado por la mayoría de los miembros de la UE.
El aeropuerto de Kabul, punto clave en las relaciones internacionales, reiniciaría operaciones este viernes
Y mientras en el extranjero y al interior de Afganistán se debate cómo serán las relaciones políticas del nuevo gobierno Talibán, este grupo ha avanzado en la apertura del aeropuerto internacional de Kabul, Hamid Karzai. Su importancia es vital ya que es el punto de entrada principal de las ayudas humanitarias extranjeras y la puerta de salida que podría garantizar los viajes de quienes quieren irse.