En un comunicado, su partido, PDP Laban, indicó que Duterte, de 76 años, ha aceptado la invitación como candidato vicepresidencial para proseguir sus políticas contra el narcotráfico, la pobreza y la campaña contra la covid-19, entre otras.
"El presidente Rodrigo Boa Duterte ha decidido hacer el sacrificio y hacer caso al clamor de la gente", señala el partido presidido por Duterte.
El popular presidente, conocido por sus estilo autoritario y sus exabruptos verbales, sugirió recientemente que podría presentarse a vicepresidente para mantener su inmunidad, ya que la legislación filipina le impide presentarse a la reelección como jefe del Estado.
Mantener su inmunidad frente a acusaciones
El pasado 14 de junio, la Fiscalía de la Corte Penal Internacional de La Haya pidió autorización judicial para investigar supuestos crímenes contra la humanidad cometidos durante la guerra contra las drogas que inició Duterte tras convertirse en presidente en 2016.
La información disponible indica que miembros de la Policía Nacional de Filipinas y otros que actúan con ellos, "han matado de forma ilegal a entre miles y decenas de miles de civiles", dijo la entonces fiscal jefa, Fatou Bensouda, en un comunicado.
La gestión de Duterte también se ha visto ensombrecida por su ambigüedad en el trato diplomático con Pekín y Washington, y la pandemia, que ha causado más de 1,86 millones de contagios y más de 31.900 muertos en el país.
Asimismo, el presidente ha librado una cruzada legal contra las voces y medios críticos, como la prestigiosa periodista Maria Ressa, fundadora del medio Rappler.
Apoyo en encuestas, pese a todo
Sin embargo, las encuestas siguen dando un gran apoyo tanto a Duterte como a su hija Sara, actual alcaldesa de Davao, la ciudad sureña donde se asienta el feudo de este clan político.
Según una encuesta de Pulse Asia Research del pasado julio, Sara y Rodrigo Duterte son los candidatos favoritos a la presidencia y vicepresidencia del país con el potencial apoyo, respectivamente, del 28 y 18 por ciento de los votantes.