Austria pone en marcha medidas drásticas en la lucha contra la pandemia. El Gobierno de coalición de conservadores y verdes ha confirmado el pasado domingo que a partir del próximo lunes los ciudadanos que no puedan demostrar estar vacunados o haber pasado la enfermedad en los últimos seis meses solo podrán salir de casa bajo determinadas circunstancias. El confinamiento para los no vacunados pretende hacer la vida más difícil a los que, pudiendo hacerlo, no se han inmunizado. Austria, junto con Alemania y Suiza, es uno de los países de la Europa occidental con peor tasa de vacunación. Su incidencia semanal se ha disparado en el último mes y se acerca a los 1.000 casos por 100.000 habitantes. Se trata del primer país europeo que toma esta decisión, aunque otros están valorando medidas de presión para empujar a la vacunación a sus ciudadanos.
El Gobierno y los jefes de las nueve regiones austriacas acordaron este domingo en una cumbre de emergencia en Viena imponer el confinamiento de los no vacunados. “No nos tomamos este paso a la ligera, pero lamentablemente es necesario”, dijo el canciller, Alexander Schallenberg. Se calcula que la medida afecta aproximadamente a dos millones de personas. Según el borrador que ya se ha hecho público, las restricciones se aplicarán de momento hasta el 24 de noviembre. Las personas no vacunadas solo podrán salir de su vivienda por motivos urgentes como ir a comprar, al médico, a trabajar o estudiar. No está claro que se pueda controlar el cumplimiento de una medida así, pero el Gobierno ya ha indicado que habrá patrullas de policía pidiendo de forma aleatoria prueba de vacunación o de recuperación. Las infracciones pueden acarrear multas elevadas.