Es el mayor bufete de abogados de Italia y también el menos rentable. Los llamados 'Abogados callejeros' ofrecen asesoramiento jurídico gratuito a los sintecho y a todo aquel que no pueda ejercer sus derechos por no tener una residencia oficial.
Nacida en Bolonia en el año 2000, esta asociación de abogados profesionales fue creciendo con los años hasta estar operando hoy en día en todo el país. Francesco Priore, abogado callejero de Nápoles, explica su función y la de sus colegas en la capital de Campania:
"Nuestra asociación, a través de un protocolo de acuerdo con el ayuntamiento y trabajando con los servicios sociales, ayuda a las personas sin hogar a tener una residencia virtual aquí en Nápoles llamada "residencia de proximidad", explica Priore. "Esta residencia de proximidad tiene el mismo valor que la que tendría nuestra residencia, pero de hecho es virtual. Porque las personas no viven realmente en ese lugar, pero eso les permite acceder a los servicios sanitarios, a los registros electorales o a los documentos de identidad".
En este lugar, los abogados callejeros operan dentro de una red de servicios destinados a quienes viven en condiciones de extrema vulnerabilidad y marginalidad urbana.
"Son personas que han perdido el trabajo, con problemas de salud mental o problemas sociales más generales, como el fracaso de los procesos de migración o de la vida familiar", explicaErnestina Servo, de la cooperativa Dedalus, "y que por lo tanto han ido derivando hacia una situación de pobreza".
Vi a mi padre sufrir algunas injusticias y me dije que en el futuro no sufriría ciertas cosas porque yo estaría allí para defenderlo, Francesco Priore, Abogado callejero
Vienen a este centro a ducharse. No tienen un lugar dónde quedarse y para muchos son simplemente invisibles, pero no para los abogados callejeros, que intentan ayudar a los sintecho a conseguir un nuevo lugar donde vivir y recuperar algo de su dignidad.
Tal es el caso de Luciano, que vive en la calle y que necesita asesoramiento legal para conseguir los papeles con los que llevar a cabo su tan ansiado cambio de sexo. "Tenemos que hacer los papeles para mi DNI y para tener una residencia", explica Luciano, "y ya luego podré hablar con otras personas para cambiar lo que soy, porque no me siento bien así, me siento mal".
"Mi elección surgió de una experiencia personal", relata Priore. "Vi a mi padre sufrir algunas injusticias y me dije que en el futuro no sufriría ciertas cosas porque yo estaría allí para defenderlo".
Con un beneficio total de cero euros, son cerca de 3.000 los procedimientos judiciales llevados al año por esta asociación en toda Italia. Para sus abogados, sacar a muchos seres humanos de su invisibilidad social es recompensa más que suficiente.