Barbados cortó los lazos con la monarquía británica para iniciar este lunes una histórica transición y convertirse en la república más joven del mundo: su actual representante, la gobernadora general Sandra Mason, sustituirá esta semana a la Reina Isabel II como jefa de Estado.
Sin embargo, el legado de un pasado colonial y el impacto de la pandemia en el turismo plantean importantes retos para la isla caribeña, famosa por sus playas y su gusto por el criquet.
Las ceremonias previstas la noche del lunes incluirán desfiles militares y celebraciones por la toma de posesión de Mason como presidenta, con el príncipe Carlos, heredero del trono británico, como espectador.
El inicio de una nueva era ha alimentado el debate entre la isla de 285.000 habitantes sobre los siglos de influencia británica, que incluyen más de 200 años de esclavitud, hasta 1834, y la independencia definitiva de Barbados en 1966.
En octubre, Barbados eligió a Mason para que se convirtiera en su primera presidenta, un año después de que la primera ministra, Mia Mottley, declarara que el país abandonaría "totalmente" su pasado colonial.
Pero algunos barbadenses sostienen que hay problemas nacionales más apremiantes, como el desempleo de casi el 16% y la crisis económica causada por la pandemia de COVID-19, que ha puesto de manifiesto la excesiva dependencia al turismo, que, irónicamente, tiene su mayor sustento en los visitantes británicos. (afp)