El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) ha exigido este miércoles, a través de una resolución apoyada por 25 países, que el régimen que lidera Daniel Ortega instaure un diálogo con la oposición para establecer las reformas al sistema electoral que permitan organizar nuevas elecciones presidenciales. La OEA rechazó el 12 de noviembre las elecciones de Nicaragua por considerar que no tuvieron legitimidad democrática. Ortega se declaró triunfador de esos comicios celebrados a principios de noviembre, aunque los opositores afirman que hubo una enorme abstención. La OEA también demanda en la nueva resolución la liberación “con carácter de urgencia” de los presos políticos, más de 30 personas detenidas desde junio, cuando Ortega desató una persecución previo a las elecciones. Estas se unen a decenas de críticos que han sido detenidos por el régimen desde 2018, cuando estallaron masivas protestas que exigían el fin del mandato del exguerrillero.
La resolución afirma que “Nicaragua no está cumpliendo con los compromisos de la Carta Democrática Interamericana”, que establece que “los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla”. El organismo exige que sean derogadas las leyes que restringen la participación política y limitan los derechos humanos de los integrantes de la oposición. A la violencia política se ha unido una serie de reformas electorales a favor de Ortega. Los cambios han sido una de las principales exigencias de la OEA, Estados Unidos y la Unión Europea, pero las leyes aprobadas por la Asamblea Nacional mantienen el control del FSLN —el partido de Ortega— de toda la estructura electoral, le da a la policía la potestad de autorizar o no los mítines políticos de los opositores, niega el financiamiento a los candidatos que aspiran a participar en el proceso e inhibe de facto a aquellas personas que hayan participado en las protestas de 2018 de postular a un cargo público.
Lo más llamativo del documento de la OEA es, sin embargo, el llamado que hace al régimen para instaurar un diálogo con la oposición de cara a organizar unas nuevas elecciones “libres, imparciales, transparentes y con observación internacional creíble”.
En su resolución la OEA también pide al Gobierno nicaragüense que permita la visita al país de una misión especial para observar la situación política del país.