Viernes, 10 Diciembre 2021 20:02

Primera hambruna por el cambio climático

La hambruna en Madagascar podría ser la primera provocada por el cambio climático.

La población malgache padece las consecuencias de una fuerte carestía y escasez de alimentos. Hay 1,3 millones de personas que sufren inseguridad alimentaria grave. 500 mil niños están en riesgo de desnutrición y más de 100 mil están al borde de la muerte si no reciben ayuda pronto. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha declarado que la hambruna en el sur de Madagascar podría ser la primera de la historia atribuida al cambio climático.

Madagascar es un territorio insular, ubicado en la costa sureste del continente africano. Más de la mitad de su población es rural y la agricultura es su principal actividad económica. Mientras el centro y el norte del país goza de un clima tropical, el sur es árido.


Varios factores medioambientales se han unido en una tormenta perfecta para el hambre. Una sequía que se ha prolongado durante cuatro décadas, tormentas de arena derivadas quizá de la erosión del suelo, la deforestación del territorio y la pandemia de Covid-19, han impedido que el país pueda sembrar y cosechar alimentos.

Arduino Mangoni, portavoz del PMA, declaró a Noticias ONU que en Madagascar se detectaron algunos focos de fase 5 de la Clasificación Integrada de Seguridad Alimentaria. Esto significa que hay condiciones muy similares a la hambruna. En una visita hecha al país, descrita como desgarradora por el funcionario, afirmó que había encontrados niños “hechos realmente piel y huesos”.

Recalcó que, aunque había trabajado en otras emergencias equivalentes en el continente africano, nunca había presenciado un cuadro como el de Madagascar. El PMA, ante la emergencia que ya dura más de un año, ha solicitado a los organismos multilaterales 69 millones de dólares que se destinarán a las labores de ayuda necesarias.


El cambio climático es el padre de la hambruna en Madagascar
Los eventos climáticos extremos y los desastres naturales son acicateados por el cambio climático. Se multiplica su número y su potencia y con ellos llegan el hambre, la pobreza y la devastación. Millones de seres humanos empujados a las migraciones y a la muerte. Lo que está ocurriendo en Madagascar es la comprobación de que el cambio climático no es un evento del futuro.

En el pasado, las hambrunas eran causadas por conflictos armados o procesos sociales y políticos. Pero, la situación de hambruna extrema de Madagascar está provocada por el calentamiento de la atmósfera, una consecuencia directa de la actividad humana.


Los funcionarios del PMA desplegados en Madagascar cuentan que el país ha estado enfrentando un largo rosario de penas. A cinco años de sequías consecutivas, un ciclo de tormentas de arena —causadas probablemente por la erosión del suelo— la deforestación a lo largo de 20 o 30 años, se les han unido también los efectos de la pandemia.


Cada vez es más difícil sobrevivir
Cuando la escasez se intensificaba, los habitantes de las aldeas buscaban trabajo en las ciudades. La crisis sanitaria ha supuesto un revés para el turismo y las cadenas de suministros y ahora ya no es posible esa opción.

Los habitantes de Madagascar no solo son víctimas de la hambruna y el cambio climático. La carestía y la inflación también han aparecido para agravar el ya dantesco cuadro. Las tácticas de supervivencia que la población aplicaba en épocas de escasez ya han sido consumidas.

La venta de sus utensilios de cocina no ha sido suficiente para comprar alimentos y agua porque la inflación está descontrolada. Como si no fueran suficientes los males, la criminalidad también se ha desatado. Los bandidos azotan la región en un fenómeno que se conoce localmente como dahalo.

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