Uno de los signos de actividad eruptiva son las emisiones de dióxido de azufre (SO2) y , según Involcán (el Instituto Volcanológico de Canarias), esta se ha reducido a menos de cinco toneladas diarias, unas emisiones extremadamente bajas según explica el Instituto en su cuenta de Twitter. Durante semanas, las emisiones de este gas han sido de miles de toneladas diarias.
En las primeras horas del lunes, antes de que se parara el tremor, el volcán emitió enormes cantidades de dióxido de azufre, en unas condiciones meteorológicas (con la capa de inversión térmica muy baja en la atmósfera) que dificultaban mucho su dispersión.
Ese día, por primera vez en esta emergencia, los 33.000 vecinos de todo el valle de Aridane tuvieron que permanecer durante casi cinco horas confinados en sus casas y los escolares, que ya estaban en clase cuando saltó la alarma, en sus centros educativos.
La señal de tremor, característica de la vibración que produce el magma en el subsuelo al desplazarse hacia la superficie, se detuvo sobre las 21.00 horas del lunes. Anoche, cumplidas 24 horas, seguía desaparecida, corroboraron Involcán y el IGN.
Aunque no es la primera vez que el volcán sufre un parón, hasta la fecha todos habían sido de unas pocas horas. Nunca hasta la fecha el tremor había estado parado una jornada completa o más, como sucede ahora.