Espoleada por los precios rampantes del oro aeronaves sin permisos ni planes de vuelo registrados, apoyan una extracción ilegal que aumenta la contaminación y la deforestación en reservas indígenas de la Amazonia brasileña.

Falta de voluntad política e incluso complicidad junto a operaciones policiales solo puntuales aunque muy publicitadas, hacen que analistas de medio ambiente y centros de estudio entiendan que se hace bien poco, como explica el director de Investigación del Instituto Igarapé Robert Muggah:"Seguimos siendo testigos de esta frustrante falta de voluntad política en Brasil para comprometerse con lo que es un problema devastador que contribuye a una importante deforestación en la mayor selva tropical del mundo. Es importante señalar que gran parte de esta expansión de la minería ilegal de oro se está produciendo en territorios indígenas y áreas protegidas."

Lás imágenes de las intervenciones policiales muestran como los agentes queman material utilizado para el transporte del oro en el estado de Roraima. Pese a que en septiembre la policía brasileña cerró más de cincuenta pistas de aterrizaje clandestinas y tres puertos fluviales dentro de la reserva del pueblo yanomami, la estructura sigue intacta.

Pero para el presidente brasileño Jair Bolsonaro lo importante no es acabar con la minería ilegal, sino saber cuánto oro logran extraer:_ "Mi intención es, si no ahora, en algún momento, obviamente con un helicóptero, aterrizar en una zona minera. No vamos a detener a nadie. No será una operación de inspección de la minería ilegal. Sólo quiero hablar con ellos, de la forma en que viven allí, para que podamos tener una idea de la cantidad de oro que extraen".