Al menos 21 personas murieron este fin de semana tras las fuertes lluvias que han azotado el estado de Sao Paulo, Brasil,y han provocado tanto inundaciones como deslizamientos en toda la región. La Defensa Civil estatal actualizó la cifra de víctimas en la mañana de este lunes, luego de que inicialmente se reportaran 18 fallecidos.
Aproximadamente unas 660 personas también han sido desplazadas y 11 personas continúan desaparecidas, según la declaración.
Las autoridades desplegaron un grupo de trabajo de bomberos, policía militar y personal de defensa civil para apoyar a los alcaldes de las ciudades afectadas, informó este domingo el gobernador de São Paulo, João Doria.
Imágenes del municipio de Franco da Rocha mostraban partes de las principales carreteras sumergidas, mientras que en otras aparecían los rescatistas cavando entre los escombros en busca de sobrevivientes y pertenencias valiosas después de que un deslizamiento de tierra destruyera viviendas.
Se asignarán unos 15 millones de reales (cerca de 2,8 millones de dólares) a los 10 municipios más afectados, según un comunicado de la oficina de Doria.
"(Los fondos) pueden utilizarse para reparar problemas urbanos crónicos en los municipios que generan inconvenientes como puntos de inundación y derrumbes", se lee en el comunicado.
La parte sur de Brasil ha sufrido un aumento en el promedio de las precipitaciones, así como eventos de lluvia extrema, desde la década de 1960, en parte debido a los aumentos en las emisiones globales de gases de efecto invernadero y el agotamiento de la capa de ozono de la atmósfera, según el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático.
Se espera que la intensidad y la frecuencia de las lluvias extremas y las inundaciones aumenten en esta área a medida que la Tierra se calienta.
El noreste de Brasil también ha enfrentado dificultades contra fuertes lluvias desde diciembre.