Desde Panamá hasta México, ya son muchos los países que incluyen esta fiesta en su calendario festivo. Tras dos años de ausencia por la pandemia del COVID-19, las calles de Panamá vuelven a llenarse de música y desfiles para dar la bienvenida al año del tigre de agua.

El embajador de China en Panamá, Wei Qiang, afirma: "No solamente significa un reconocimiento a la historia de la aportación china a la identidad nacional panameña, sino también significa una nueva base, unnuevo punto de partida de cara al futuro desarrollo, de la cooperación, de los lazos entre china y panamá y chinos y panameños".

Yesenia Sánchez, directora de Cooperación Técnica Internacional y miembro del ministerio de Cultura de Panamá, dice que esta celebración permite fomentar "el tema cultural y turístico", algo beneficioso para la "reactivación económica".

En México, a pesar de haber cancelado los eventos por la pandemia, han decorado las calles del barrio chino con motivo de la fiesta.

La población china ya supone un sector importante en muchos países de Latinoamérica. Por lo tanto, esta fiesta es una oportunidad para mejorar la integración cultural de este colectivo en crecimiento.