La inflación en Estados Unidos sigue marcando nuevos récords, y se encuentra en el nivel más alto en las últimas cuatro décadas.
En enero la subida de precios alcanzó un 7,5% en comparación con el mismo período de 2021.
El presidente Joe Biden reconoció la presión que este incremento en la inflación ejerce sobre las familias estadounidenses. Sin embargo, añadió que "también hay señales de que superaremos este desafío".
"Ante los precios más altos, hemos estado usando todas las herramientas a nuestra disposición. Y aunque hoy es un recordatorio de que los presupuestos de los estadounidenses están recibiendo tal presión a que crean un estrés real en la mesa, también hay señales de que superaremos este desafío", dijo.
Biden también insistió en los pronósticos que apuntan a que la inflación en Estados Unidos disminuirá sustancialmente para fnales de 2022.
Las cifras de la inflación en Estados Unidos
Excluyendo los costos de los alimentos y la energía, que tienden a ser más volátiles, los precios aumentaron un 6% entre enero de 2021 y enero de 2022, marcando el mayor aumento desde agosto de 1982. Los alimentos por su parte subieron un 7% durante el mismo período, mientras que los precios de la energía se incrementaron en un 27%, liderados por los precios del petróleo diesel y la gasolina.
Solo en enero, los precios aumentaron 0,6%, incluyendo los ajustes estacionales, la misma tasa que en diciembre. Eso representa malas noticias para las personas que esperaban que los datos mensuales indicaran una desaceleración de los aumentos de precios.
Este miércoles, el presidente de la Reserva Federal de Atlanta, Raphael Bostic, dijo que el país podría estar a punto de ver cómo se desacelera el ritmo de la inflación. Pero eso no sucedió en enero.
¿Qué subió de precio?
Los precios se incrementaron en todos los ámbitos, incluidos los de vivienda, muebles, automóviles usados y costos médicos.
Los alimentos tuvieron un aumento en el precio del 0,9% en enero, en comparación con solo un 0,5% en diciembre. Casi todos los precios de los comestibles aumentaron, y solo las bebidas sin alcohol se mantuvieron estables.