Hernández abandonó su vivienda de forma voluntaria. Al salir le esperaba un nutrido grupo de agentes policiales y el titular de Seguridad, Ramón Sabillón, quienes le colocaron un chaleco antibalas y lo esposaron de pies y manos.
Tras ponerse a la orden de las autoridades, el exgobernante fue trasladado en una caravana vehicular y bajo un fuerte operativo terrestre y aéreo hacia la Dirección de Fuerzas Especiales.
JOH tenía una orden de captura tras ser pedido en extradición por EEUU por nexos con el narcotráfico.
Hernández prometió colaborar en el proceso y desde entonces su casa permaneció resguardada por cientos de agentes, en una operación donde participaron 600 elementos, según dijo la Policía Nacional.
“Se nos ha confirmado, hace algunos minutos, que en efecto, el juez natural ha firmado la orden de captura y considerando que hay resguardo policial en esa zona se estará canalizando con el titular de Seguridad para poner el conocimiento al ciudadano Hernández”, manifestó más temprano Melvin Duarte, el portavoz de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
Agregó que ahora “procede la detención y como hay actividad policial en la zona, entonces ellos tendrán que ponerlo en conocimiento y coordinar el arresto”.
En cada comparecencia pública, Juan Orlando Hernández se presentaba como adalid de la lucha contra el narcotráfico, pero terminó requerido por la justicia de Estados Unidos, que ya metió preso a su hermano.
JOH, como es conocido en su país, siempre aseguró que durante su mandato lideró la guerra contra los cárteles, en el marco de la cual extraditó a más de una veintena de traficantes a Estados Unidos, al tiempo que provocó la entrega voluntaria de otra decena. Ahora Estados Unidos reclama su extradición.
El abogado de 53 años se convirtió en 2014 en el presidente más joven de Honduras y dejó el gobierno el 27 de enero tras la asunción de Xiomara Castro. Su segundo mandato -reelección- estuvo salpicado de protestas opositoras que denunciaban fraude en 2017.