La reina Isabel II de Inglaterra atiende su primer compromiso oficial tras el segundo positivo COVID del príncipe Carlos, cuando se encendieron todas las alarmas. La monarca ha esquivado, de momento, la enfermedad, pero no los problemas familiares. Cuando uno parece alejarse, surge otro.
El último, concierne a la fundación de su hijo mayor y heredero al trono, el príncipe de Gales. Scotland Yard la está investigando, por supuestamente aceptar donaciones a cambio de favorecer la concesión de títulos y honores. La investigación llega tras la renuncia, el año pasado, del director de la fundación tras mediar para que un millonario saudí recibiese una de las más altas distinciones del Reino Unido.
En un comunicado, el príncipe Carlos asegura que desconocía este práctica: "El príncipe de Gales no tenía conocimiento de la supuesta oferta de honores o ciudadanía británica sobre la base de donaciones a sus organizaciones benéficas".
Este nuevo sobresalto para la familia real británica llega al día siguiente de que el príncipe Andrés llegara a un acuerdo extrajudicial con una mujer que le acusa de agredirla sexualmente cuando tenía 17 años. Algo que el duque de York siempre ha negado.