El Primer Ministro británico, Boris Johnson, declaró este lunes la eliminación de las últimas restricciones nacionales de COVID-19 en el Reino Unido, incluido el requisito de que las personas con resultado positivo se autoaíslen.
Johnson dijo que esta decisión es parte de un plan para tratar la COVID-19 como otras enfermedades transmisibles, como la gripe:
"Sólo porque los niveles de inmunidad son tan altos y las muertes están ahora, si acaso, por debajo de lo que normalmente se esperaría para esta época del año, podemos levantar estas restricciones, y sólo porque sabemos que ómicron es menos grave, las pruebas de ómicron en la escala colosal que hemos estado haciendo son mucho menos importantes y mucho menos valiosas para prevenir enfermedades graves".
De acuerdo a Johnson, otras de las medidas descartadas serán el rastreo rutinario de los contactos de las personas infectadas, así como las ayudas económicas adicionales introducidas durante la pandemia para quienes falten al trabajo, aunque se seguirá aconsejando a las personas que se queden en casa si están enfermas.
A partir del 1 de abril, las pruebas de PCR confirmadas por el laboratorio para detectar el virus estarán disponibles gratuitamente sólo para las personas mayores y las inmunodeprimidas.
El gobierno también dejará de ofrecer al público las pruebas rápidas del virus de forma gratuita, aunque estarán disponibles de forma privada a cambio de un precio, como ya ocurre en muchos países.
El riesgo de apostarle a la responsabilidad personal
Algunos de los asesores científicos del gobierno dijeron que se trataba de una medida arriesgada que podría provocar un aumento de las infecciones y debilitar las defensas del país contra futuras cepas más virulentas.
Como explicó a Euronews el profesor de salud pública europea, Martin McKee, profesor de salud pública europea en la London School of Hygiene & Tropical Medicine:
"Fue una cuestión de azar que ómicron fuera más suave que las variantes que le precedieron; no es seguro que la próxima variante lo sea y por eso a muchos nos preocupa que podamos eliminar las restricciones justo antes de que ocurra algo más".
El nuevo plan prevé que las vacunas y los tratamientos mantengan el virus a raya. Ya que se ofrecerá una cuarta dosis de la vacuna a todas las personas de 75 años o más, así como a las de 12 años o más que padezcan afecciones que las hagan vulnerables a la enfermedad grave.
Johnson instó a la gente a no tirar la toalla, pero dijo que era el momento de dejar de prohibir ciertos cursos de acción, y de fomentar la responsabilidad personal.