Durante una conferencia telefónica, Zúñiga resaltó que ambos países mantienen buenas relaciones, pero prefirió no profundizar en las razones que impidieron su reunión con el presidente salvadoreño.
"En términos de por qué decidieron no aceptar nuestra petición para ver al presidente tendría que hablar con el gobierno de El Salvador", dijo el Enviado especial para el Triángulo Norte.
También agregó "Yo puedo decir que para mí la visita fue un éxito, como lo comenté y todos los líderes, los presidentes tienen su agenda y su trabajo que hacer".
A pesar que recibió una pregunta directa sobre el tema, el funcionario omitió relacionar este incidente con la visita que el presidente Bukele habría hecho en febrero a Washington, la que habría provocado este incidente, a manera de gesto recíproco.
Zúñiga señala que para él no hubo cancelación, sino que simplemente no se pudo confirmar la reunión y dijo que entiende que todos los presidentes tienen agendas muy ocupadas.
Sobre este tema, el periodista Roberto Valencia publicó en The Washington Post una imagen de un documento que sería parte de la agenda de trabajo de Zúñiga, en el documento se puede ver como se habían reservado cerca de dos horas para la reunión entre el mandatario y el enviado de Joe Biden.
La falta de una reunión entre el presidente y alguien que se considera un funcionario de alto nivel en Washington es una oportunidad para lanzar duras críticas a la administración Bukele que la oposición política y mediática están aprovechando; sin embargo, expertos diplomático señalan que la reciprocidad es un principio básico de las relaciones entre los países y por otro lado, los presidentes hablar y se reúnen con presidentes.
Asimismo, es evidente que las relaciones diplomáticas y las estrategias que se aplican tienen muchos aspectos que se mantienen en privado, por lo que solo se pueden juzgar por los resultados que ofrecen en el tiempo.