Este día, aviones han sobrevolado el cielo salvadoreño para conmemorar dicha fecha y recordar a los caídos en ese conflicto.
De igual manera, se ha programado un concierto a las 4 de la tarde en el cuartel El Zapote, ubicado en el barrio San Jacinto a cargo de la banda Sinfónica de la Zona Metropolitana y su entrada es gratis.
El día que la guerra inició, la Asamblea Legislativa declaró estado de sitio por 30 días, por la situación peligrosa en el país, debido a las tensas relaciones con Honduras. El mandatario en aquel entonces argumentó que el ataque de la tarde del 14 de julio al vecino país fue en “legítima defensa”, luego de los ataques hacia El Salvador y la defensa de miles de compatriotas que residían en territorio hondureños y habían sido desterrados y despojados de su bienes.
El 16 de julio, el ejército salvadoreño llegó a Nueva Ocotepeque y se aseguraba que las tropas avanzaban hacia la costa norte de Honduras. Ese mismo día, se izó la bandera salvadoreña en la plaza de esa ciudad hondureña.
En medio del fuego, la Organización de Estados Americanos (OEA) fue mediadora y los representantes de El Salvador en el organismo pusieron una condición para detener los ataques: dar garantías de seguridad a “miles de ciudadanos salvadoreños que todavía residían en territorio hondureño”, según la edición del 17 de julio de 1969, de este rotativo.
Los representantes de El Salvador ante la OEA de ese momento sostenían que la causa del conflicto fueron las violaciones de derechos humanos de salvadoreños que vivían en Honduras.
El vespertino del 19 de julio informaba que el presidente del momento Fidel Sánchez Hernández había ordenado el cese al fuego para las 10 de la noche del día anterior “en tres frentes de batalla”, pero aún no se retiraban las tropas. El 6 de agosto el presidente Sánchez Hernández “proclamaba” la victoria de El Salvador ante Honduras en un desfile.