La producción salvadoreña de café salvadoreño logró una posición favorable en la subasta internacional de la Alianza por la Excelencia del Café (ACE), uno de los eventos relacionados con la industria más respetados a nivel internacional.
Así, se han puesto recursos, tecnología y experiencia a disposición de esta cadena agroindustrial, para poder aprovechar al máximo todo su potencial.
Hacia el final de la jornada, se vendieron 16,894.04 libras, que generaron $380,394.59 en ingresos para los productores nacionales.
La venta es de lotes muy especiales, que atraen a los compradores más exigentes de países como Japón, Estados Unidos, Alemania o Corea del Sur.
El lote ganador proviene de la finca Milady, que recibió $70 por libra. Se trata de una variedad Pacamara, que fue desarrollada por investigadores salvadoreños en los años 60. Desde entonces, ha mantenido un sólido prestigio por la calidad de taza.
La oferta de la producción salvadoreña logró mejorar el promedio de puntaje, en comparación con los años anteriores. Los puntos los asigna un equipo de expertos y son determinantes para poder participar en la subasta de ACE. Así, este año había tres veces más lotes con puntajes superiores a 90, respecto de 2020.
Con todo esto ha sido posible revivir la apuesta por la calidad con un fuerte respaldo institucional. El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) rehabilitó el Laboratorio de Control de Calidades, ubicado en las instalaciones del Consejo Salvadoreño del Café (CSC).
También ha comenzado la distribución de plantas para repoblar, por primera vez desde que se lleva a cabo este programa, incluyendo la variedad Pacamara.
Hay que recordar que en Chalatenango fue donde se dio el banderillazo de salida para el desarrollo del Plan Maestro de Rescate Agropecuario.
El proyecto que se comenzó a ejecutar es para incrementar la producción de hortalizas y una de las metas es generar 6,500 empleos en la zona, que comprende la parte alta del departamento.
A corto plazo el ejecutivo inyectará más de $1,000 millones al sector, con financiamiento en condiciones idóneas para los productores. El énfasis es atender las necesidades del agro que fueron olvidadas por años, así como generar un estimado de 1.5 millones de empleos en la zona rural.