Gustavo fue arrebatado de las manos de su madre biológica, por una enfermera del Hospital de Maternidad, el día que nació. La madre biológica de él recuerda que una enfermera se llevó al bebé para limpiarlo y cuando regresó, le dio un papel que decía el nombre con el que debía asentar al niño en la alcaldía de San Salvador.
Su madre biológica asentó al niño, y nunca más supo nada de él. Fue hasta finales del 2018 que la Asociación Pro-Búsqueda recibió una llamada telefónica de la embajada de Suecia en El Salvador, comentando que había un joven sueco que decía haber sido adoptado desde El Salvador, cuando tenía apenas dos meses de nacido.
La investigación realizada por Pro-Búsqueda identificó que a inicios del conflicto armado había una organización en El Salvador que se encargaba de buscar a mujeres embarazadas que vivieran situación difícil familiar y económica, a quienes ofrecían ayudarles, pero de esta manera las comprometían y posteriormente las obligaban a entregar a sus hijos/as o se los quitaban.
Pro-Búsqueda tomó el caso en 2018 e inició el proceso, realizando diferentes gestiones investigativas, entre ellas enviaron un kit de ADN para que el joven tomara su muestra, mediante el proceso de investigación ubicaron a la familia; realizaron una entrevista y tomaron muestras de ADN; posteriormente, se enviaron a laboratorios acreditados internacionalmente para sus respectivos análisis.
Las muestras fueron incorporadas al banco de perfiles genéticos para ser comparadas y resultaron ser coincidentes.