El personal de Bomberos, más otros miembros de Protección Civil, se encargaron de investigar el área donde ocurrió el accidente. También ayudaron con la extinción del fuego, atención prehospitalaria y traslado de víctimas, reducción de cualquier otro riesgo y otras acciones para resguardar a las personas y sus animales hacia un sitio seguro.

Después, las instituciones han dado seguimiento a la situación de los habitantes afectados.

El Sistema Nacional de Vivienda identificó seis casas con daños, algunas con problemas un poco más complicados como daño en la estructura. Pronto, los técnicos del Ministerio de Vivienda comenzaron el procedimiento para darles una solución, por lo que ya están asesorando a las familias y llenando las fichas sociales para cada caso.

“A las familias afectadas por la explosión, se les apoyará al 100 % para realizar las reparaciones de las viviendas, la empresa responsable cubrirá los gastos y nuestros equipos supervisarán los trabajos, con el fin de garantizar calidad en las obras”, dijo la titular del ministerio, Michelle Sol.

En la misma sintonía, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) designó a un equipo de veterinarios para que cuide de los terneros, bovinos, caninos y otros animales que resultaron lesionados por la explosión. Algunos son de crianza, para la actividad productiva de cada hogar, mientras que otros son de compañía.

Todos recibieron atención de los expertos del MAG: les administran antibióticos, analgésicos y suero, además de que se observa su condición cada tres días, para que se recuperen totalmente.

El accidente dañó seis manzanas de terreno, distribuidas en una milpa, una zona de pasto para forraje, cosecha de plátanos y una zona boscosa. Ni el pasto, ni los elotes, pueden ser consumidos, porque están contaminados del gas que expulsó el vehículo.