El sacerdote español, reconocido por su trabajo pastoral en Mejicanos, se sumó a la polémica el viernes 11 de octubre con un tuit de tres palabras “Todo es cierto”. Una afirmación que llegó pocas horas después de conocerse los primeros detalles del testimonio de Noé.
El religioso señala que no entiende la “falta de memoria” de los salvadoreños, pues estos son hecho que se habían dado a conocer antes por medio de investigaciones periodísticas, por medio de grabaciones, fotografías y video que fueron hechos públicos por diversos medios.
El Padre Toño asegura que no está en contra del diálogo con los grupos criminales, pero señala que ese diálogo solo se puede llevar a cabo desde el Estados "y por medio de políticas públicas".
Esas políticas, según precisa, deben tener tres grandes pilares “represión, reinserción y prevención”, detalla.
“Yo nunca he visto, en 21 años de vivir en El Salvador, una política reinserción seria”, destaca, al tiempo que subraya la falta de ética de los partidos y los intereses económicos que representan, pues sus acercamientos con las pandillas solo buscaba generar un caudal de votos.
Según lo explica el Padre Toño, “el fenómeno de las pandillas involucra a cerca de un millón de personas en el país”, pues señala que cada pandillero tiene por lo menos dos relaciones de tipo sentimental, la mayoría tienen hijos mayores y además tienen a sus padres o tíos, esto sumado a la estructura sumamente vertical que los rige, facilita la creación de un flujo de votos que despierta el interés de los políticos, asegura.
El Padre Toño también informó que en 2014, cuando fue declarado culpable de introducir ilícitos a centros penitenciarios, solo salió dos meses del país y regresó a Mejicanos donde vive actualmente.
Señala que está en las primeras etapas de lanzar un fundación que tendrá dos objetivos fundamentales, apoyar a las madres de hijos desaparecidos y también prevenir abusos sexuales por parte de miembros del clero.
Detalló que esa fundación sería financiada, en un principio, por la responsabilidad civil que el ex fiscal general, Luis Martínez, debe pagarle por haber violado su privacidad escuchando sus llamadas telefónicas.
“A Luis Martínez ya lo perdoné”, dijo y agregó, “yo ni quería cárcel para él”.