Fueron 35 días de análisis de prueba de ADN para que familiares de Diego Miguel de León Sibrián y Wilmer Vladimir Escalante, repartidores de una empresa de comida rápida desaparecidos en noviembre del 2020, recibieron los restos para su cristiana sepultura.
“Nosotros no descansaremos hasta castigar a los culpables”, anunció el titular de la Fiscalía General de la República (FGR), Raúl Melara, por medio de sus redes sociales.
El funcionario informó el miércoles, que el martes concluyó el examen pericial de los jóvenes, reportados como desaparecidos el 27 de noviembre del 2020, en momentos que León Sibrián se dirigía a recoger un dinero que le entregaría Escalante, en la residencial Nuevo Lourdes, de la jurisdicción de Colón, en el Departamento de La Libertad.
Las osamentas de los jóvenes de 22 y 24 años respectivamente, fueron ubicadas el 23 de enero de este año, en un cementerio clandestino del Cantón El Limón, a 500 metros del punto de encuentro.
A la par de los restos, se encontraba una chamarra de la empresa de comida china y carnet de identificación a nombre de Sibrián. El joven tenía 12 días de haberse convertido en padre de familia.
Una fuente policial que se quiso mantener en el anonimato, informó a KL que la principal tesis que se cuenta, es que los jóvenes fueron raptados dentro de la residencial, pues el DUI de Sibrián fue encontrado en la caseta de vigilancia, lo que significa que no salió.