“La práctica de la quema de caña de azúcar debe parar, porque eso afecta. También la quema de rastrojos o hacer fogatas cuando hay vientos fuertes”, dijo el ministro de Gobernación, Juan Carlos Bidegaín.
El ministro instó a agricultores y productores a echar mano de otras alternativas para el buen trato de los cultivos; entretanto advirtió que el Gobierno creará instrumentos jurídicos con el fin de evitar las quemas.
“Estamos trabajando en normas para robustecer los dientes de la actual Ley del Cuerpo de Bomberos de El Salvador; viene una nueva, y se deben cambiar las prácticas con el tema agroindustrial. Ya hay otras alternativas”, amplió.
La quema de caña, especialmente con los vientos actuales, hace que el proceso no sea controlado, y a la postre, se generan complicaciones inesperadas; los incendios forestales están entre las principales.
“Esto (la quema) complica las cosas, sale más caro, no solo queman su cañal; si no la propiedad del vecino, ponen en riesgo las vidas de las personas y la naturaleza y ecosistema se contaminan”, completó.