La protesta que se realizó frente a la sede central de la FGR está motivada por lo que estas organizaciones consideran una deuda histórica, el enjuiciamiento de los autores intelectuales del asesinato de Monseñor Romero, ocurrido el 24 de marzo de 1980.
"Es que ya es tiempo, hasta mucho se han tardado.", aseguró German López, un sacerdote anglicano que participó de la marcha, asegura que el sistema judicial mantiene esa deuda pues el informe de la Comisión de la Verdad incluye nombres de las personas que habrían financiado por años las actividades del mayor Roberto d'Aubuisson.
"Está bien cuando no se conocen quienes fueron, pero se conocen con nombres y apellidos", señaló en referencia al informe de la comisión.
Los manifestantes tuvieron la suerte de poder presenciar la llega del fiscal general, Luis Martínez, al que recibieron con repetidos gritos de "Justicia, justicia", e incluso hubo quien lanzó algunas consignas pidiendo su destitución.
Fin a la impunidad
Jaime García, miembro de la concertación Monseñor Romero y uno de los orgnaizadores explica que, si bien hay muchas personas que fueron asesinadas durante los años de la represión en El Salvador, el caso de obispo Romero es emblemático.
"El caso de monseñor Romero puede ser la llave", señala García, refiriéndose a que si se logra justicia en el caso de Romero, se abriría la posibilidad de juzgar muchos otros casos de asesinatos y diversas violaciones a los derechos humanos.