, que equivale al 6,1 % del producto interno bruto (PIB) mundial.
Además, la contaminación atmosférica es letal: causa o es un factor que contribuye a ataques cardíacos, derrames cerebrales, cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias, y provoca la muerte de aproximadamente 7 millones de personas cada año. Alrededor del 95 % de estas muertes ocurre en países de ingreso bajo y mediano. La epidemia de COVID-19 solo está empeorando la situación ya que investigaciones han descubierto (i) vínculos entre la polución del aire y las hospitalizaciones y los decesos por dicha enfermedad.
Más del 90 % de la población en el mundo vive en zonas donde los niveles de contaminación superan las pautas de la Organización Mundial de la Salud. La exposición a partículas PM2,5 de aerosol inhalable —dañinas para la salud humana— es de 5 a 10 veces mayor en Asia meridional, Oriente Medio y África que en América del Norte.
Por ello, combatir la contaminación del aire representa un componente obvio de la misión del Banco Mundial de poner fin a la pobreza y promover la prosperidad compartida. Sin embargo, lo menos evidente es qué medidas se pueden adoptar para abordar este problema.
Con ocasión del segundo Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul de las Naciones Unidas, hacemos un llamado a los responsables de la formulación de políticas y los asociados para el desarrollo para que evalúen tres prioridades que pueden ayudar a limpiar el aire y salvar vidas.