La coalición Frente de Todos, del presidente argentino Alberto Fernández perdió la mayoría en el Senado y se quedó sin el control del Congreso, lo que los obligará a buscar consensos con la oposición para lograr la gobernabilidad en los siguientes dos años de mandato.
"Si se confirman los números, efectivamente se pierde el quórum propio (la mitad más uno) en el Senado", dijo a la agencia AFP una fuente oficial. El gobierno peronista de centro-izquierda pasaría de tener 41 de 72 senadores a tan solo 35, según el escrutinio de más de 90% de los votos.
"Debemos priorizar los acuerdos nacionales si queremos resolver los desafíos a los que nos enfrentamos", afirmó el presidente el domingo en una alocución en la que aseveró que "una oposición responsable y abierta al diálogo es una oposición patriótica".
"A la mayor brevedad posible voy a dirigirme a los representantes de la voluntad popular y a las fuerzas políticas a las que representan, para acordar una agenda tan compartida como sea posible. Una oposición responsable y abierta al diálogo es una oposición patriótica. Nuestro pueblo necesita ese patriotismo", dijo en tono pausado y conciliador.
El mandatario abogó por una cooperación "fructífera, por el interés general del país".
"Mañana es lunes y la Argentina continúa y hay que seguir trabajando por construir el país que hace falta", había dicho temprano Fernández tras emitir su voto, junto a a primera dama, Fabiola Yáñez.
Macri: "vienen años difíciles"
El expresidente Mauricio Macri, principal referente opositor, adelantó que "estos dos años que vienen van a ser difíciles", y aseguró que su coalición "va a actuar con mucha responsabilidad, ayudando a que la transición sea lo más ordenada posible".
Los comicios de este domingo, con una participación de más de 71%, renovaron parcialmente las cámaras de diputados y de senadores, en las que avanzó la alianza de centro-derecha Juntos, del expresidente Mauricio Macri (2015-2019).
En medio de una dura crisis económica, con una inflación anual de más de 50% y una pobreza que afecta al 40% de la población, Argentina debe negociar con el Fondo Monetario Internacional un nuevo acuerdo que reemplace el stand-by por 44.000 millones de dólares de 2018.
De no lograr un nuevo convenio, debería pagarle al FMI en 2022 más de 19.000 millones de dólares y en 2023 otro tanto.