Elegida este miércoles primera ministra, Magdalena Andersson, de 54 años, tenía previsto poner a prueba su reputación de todo terreno para mantener unida y fuerte a la izquierda de Suecia frente a una unión inédita de la derecha con la extrema derecha. Sin embargo, y de forma sorpresiva, renunció a dicho cargo con apenas horas en él.
Menos de ocho horas después de su elección en el Parlamento, la nueva primera ministra sueca, Magdalena Andersson, tuvo que dimitir el miércoles tras el fracaso de su presupuesto y la retirada de sus aliados ecologistas del gobierno.
“Hay una práctica constitucional según la cual un gobierno de coalición dimite cuando un partido se va. No quiero dirigir un gobierno cuya legitimidad está en entredicho”, declaró la dirigente socialdemócrata, añadiendo que esperaba ser reelegida en una próxima votación.
Esta economista, diplomada en la principal escuela de comercio de Suecia, heredaba el puesto de primer ministro de Stefan Löfven, que renunció tras ser censurado por el parlamento en junio, a menos de un año de las elecciones previstas para septiembre de 2022.