El informe Perspectivas de los mercados de productos básicos fue publicado este miércoles, el cual señala indicios de inflación en los precios de los diferentes tipos de energía.
Los precios de la energía han aumentado en los últimos tres meses, especialmente los del gas natural y el carbón, mientras que la mayoría de los precios de los productos básicos no energéticos se han estancado tras los pronunciados incrementos registrados a principios del año. Las condiciones meteorológicas adversas han sacudido a muchos mercados de productos básicos: las temperaturas inusualmente altas en el verano aumentaron la demanda de electricidad; las sequías redujeron el suministro de energía hidroeléctrica y afectaron a algunos productos básicos agrícolas, mientras que las inundaciones tuvieron un impacto en la oferta de algunos metales y el carbón. Se espera que la mayoría de los precios se reduzcan en 2022 a medida que se atenúen las limitaciones de la oferta.
Los precios del petróleo crudo continúan recuperándose
Los precios del petróleo crudo continuaron su recuperación tras los bajos niveles producto de la COVID-19, con un promedio del petróleo Brent de USD 82 por barril en la primera mitad de octubre, muy por encima del nivel previo a la pandemia. Los precios del petróleo se han visto impulsados por la recuperación constante de la demanda de este producto, que ahora se encuentra apenas un 3 % por debajo del nivel máximo registrado antes de la pandemia. La producción también fue más lenta de lo esperado, debido a las interrupciones en la oferta y las limitaciones de capacidad. Los precios del petróleo también se han visto respaldados por el alza de los precios del gas natural a medida que el petróleo se vuelve cada vez más competitivo como sustituto en la calefacción y la generación de electricidad.
Los precios del gas natural y el carbón se dispararon
Los precios del gas natural y del carbón se han disparado en los últimos meses, y los precios al contado en Europa y Asia han llegado a máximos históricos, impulsados por la recuperación de la demanda y el estancamiento de la oferta. La demanda de electricidad ha subido en consonancia con la recuperación económica, e impulsada por el clima más cálido que aumentó la demanda de refrigeración. La producción de electricidad a partir de fuentes renovables también disminuyó en varios países debido a la sequía y las bajas velocidades del viento. Las condiciones meteorológicas adversas afectaron la producción del gas natural y el carbón, y las inundaciones redujeron la producción de carbón en varios países, entre ellos China e Indonesia.