Según la información proporcionada por Villalta, el TSE tiene un contrato con la Asociación Mundial de Organismos Electorales (AWEB por sus siglas en inglés), para la adquisición de software especializado y de los escáneres que se usarán para la elección.
El cuestionamiento va en el sentido que la AWEB no tiene la experiencia necesaria para garantizar los productos que entrega y que se trata en realidad de un organismo promovido por el gobierno de Corea desde 2015.
Villalta apunta que llama la atención que el acuerdo firmado con esta asociación concluye en diciembre y eso genera incertidumbre legal por lo últimos tres meses del proceso electoral.
También destaca que si se trata de un acuerdo de cooperación podría estarse recurriendo a la opción más barata, pero por el contrario si se ha firmado un contrato de compraventa lo que hace falta es el proceso de licitación que la ley manda para todas las adquisiciones regulares de los organismos públicos.
Aunque reconoce que no hay información concluyente para hablar de irregularidades, Villalta cree que esto debe ser un llamado de atención e invitó a toda la población a hacer uso de su derecho al acceso a la información para determinar cómo está administrando el TSE estos contratos.
Las implicaciones de cualquier mal manejo en estos temas recaen directamente sobre el proceso de conteo de votos el día de la elección, por lo que se vuelve de vital importancia para evitar que se repita la situación que se vivió en 2015.
“Puede generarse un cisma político si no llegan a entregarse resultados en un tiempo que sea aceptable”, advirtió Villalta.