El vicepresidente de El Salvador, Félix Ulloa, llegó a las instituciones europeas en plena ola de la reciente propuesta de reforma constitucional y con los ecos de las protestas ciudadanas en su país.
En la agenda de los encuentros con la diplomacia europea, las autoridades comunitarias y con la Eurocámara estuvieron la criminalidad, la migración, los acuerdos en los que se enmarcan los proyectos de cooperación regionales y la UE. Y también la preocupación por la consolidación de la tradición democrática en el país centroamericano.
De "buena” calificó Josep Borrell, Alto Representante de la Política Exterior de la Unión Europea (UE), la reunión con el político ecuatoriano, al parecer, la cara calma, diplomática e internacionalmente experimentada del actual gobierno del país centroamericano. La recuperación post-Covid en la transición verde y digital fueron temas incluidos en la agenda.
En un momento en que el flujo de migrantes de El Salvador y Honduras, la controvertida introducción de la criptomoneda o las espinosas reformas a la Constitución acaparan titulares, los encuentros en las diferentes instancias europeas se entienden, más bien, como la voluntad de mostrar apertura al diálogo.