En su intento de distraernos sobre losfuncionarios señalados de corrupción en su gobierno en la lista Engel, anunció que subiría el salario mínimo y que repartiría más paquetes alimenticios; y su ridícula justificación es la inflación causada por “la incorporación de nueva emisión de moneda… para… estimular la economía de las grandes potencias mundiales”. La lógica de esta aseveración, dice el presidente, es que “al haber más dinero pero la misma cantidad de productos, el costo de estos productos se incrementa”. En realidad, esa es una grosera sobre-simplificación de la realidad que bordea en la mentira.
En primer lugar, la nueva emisión de moneda que realizan los bancos centrales ya no implica imprimir dinero, como parece creer el presidente en su explicación infantil. Los bancos centrales o los gobiernos imprimen nuevo dinero todo el tiempo, simplemente para reponer el que se ha deteriorado y para dar abasto al aumento natural de las transacciones en una economía. Además, dinero no son solamente los billetes y monedas, también hay otros activos que se consideran dinero: Cuentas de Cheques, Otros depósitos muy líquidos e, incluso, instrumentos financieros líquidos y de muy corto plazo, entre otros. Y el proceso por el que se incrementa o reduce la cantidad de dinero ya no tiene mucho que ver con imprimir billetes y monedas.
En segundo lugar, aunque es cierto que las principales economías del mundo incrementaron la cantidad de dinero para compensar la caída de actividad económica provocada por la pandemia, esa no es la causa principal del incremento de la inflación. La inflación es un fenómeno complejo que está relacionado con la interacción de la oferta y la demanda de bienes y servicios, con la política monetaria (más o menos dinero en la economía) y política fiscal (gasto del gobierno e impuestos) de los países, pero también es un fenómeno psicosocial donde las expectativas de las personas sobre la inflación impactan la inflación misma.
Además, es absurdo pretender combatir la inflación importada de El Salvador aumentando el salario mínimo. Por dos razones, la primera es que el impacto del salario mínimo en los precios es incierto, por un lado, los incrementa al incrementar la demanda de bienes, pero por otro lado los reduce al reducir la oferta de empleo. La segunda, es que el beneficio a la población está muy limitado a aquellos trabajadores del sector formal y que gozan del salario mínimo. Pero los datos demográficos muestran que esos trabajadores representan una fracción pequeña de la población, casi el 70% de los empleos son en el sector informaly sólo una fracción de esos empleos gana el salario mínimo. De manera que la medida es, principalmente, una medida propagandística.
Por otro lado, los paquetes alimenticios son una medida más eficaz, pero decir que uno de sus beneficios es que van a bajar los precios de los productos es simplemente falso. Los paquetes de ayuda no son un beneficio permanente que haga que la demanda interna se reduzca significativamente; en todo caso, si los productos se compran en el extranjero, se reducen los ingresos de empresas o productores locales y aunque los precios bajen, los ingresos de los privados no se afectan; si se compran localmente, los ingresos de los privados aumentan, pero los precios también.
El verdadero impacto de estas medidas es un incremento en el gasto del gobierno y, por tanto, ¡en la deuda del mismo… y esa sí es una deuda pendiente a la que hay que prestar atención!
