El gobierno central dice que el incremento es un necesario acto de justicia y la ANEP que es arbitrario y que causará desempleo. ¿Con cual de las dos estoy de acuerdo? Con ninguna!!!
La razón es muy simple, ambas aseveraciones carecen de fundamento; ambas son aseveraciones ideológicas más que observaciones objetivas. No he podido encontrar una sola pieza de evidencia para apoyar ninguna de ellas.
La postura de la ANEP pareciera estar soportada por la teoría económica y algo de sentido común. Bueno, es cierto que la teoría económica dice que al subir los salarios se aumentan los costos de producción y eso mueve el equilibrio de mercado de los insumos y los productos reduciendo el empleo y aumentando los precios; pero esa es una observación general que al aplicarse a una economía real debe refinarse muchísimo.
Para empezar, esa conclusión sólo es válida en un mercado aislado, perfectamente competitivo, con información completa y libre movilidad de trabajadores y capitales (nada más lejos de la realidad!!) y solamente si el nivel del salario mínimo superara el salario de equilibrio... y no hay evidencia de nada de eso.
La postura del Gobierno es que al aumentar el salario mínimo subirá el bienestar de los trabajadores y se reactivará la economía por el incremento en el consumo. En realidad, eso es sólo parcialmente cierto. Sólo si la velocidad de respuesta de los precios y la elasticidad de la oferta son suficientemente altas, tal que producen a un aumento rápido y grande en la producción con un incremento leve o moderado de los precios de los bienes y servicios, el efecto del incremento del salario mínimo sería el que pregona el gobierno... pero, nuevamente, no hay evidencia de eso.
Para estimar el impacto del incremento del salario mínimo sobre el empleo y los precios hay que apoyarse en la información estadística y en la teoría económica moderna; y en El Salvador las instituciones que podrían generar esa información tienen una gran deuda.
Ni el Ministerio de Trabajo, ni el ISSSl, ni la DIGESTYC, ni el BCR tienen a disposición del público información estadística con un nivel de desagregación, frecuencia e historia que permita estimar, de manera confiable, el impacto del incremento al salario mínimo en el bienestar social.
El bienestar social es una medida elusiva (no hay demasiado consenso sobre cómo estimarlo) pero cualquiera de las mediciones es mejor que no tener ninguna. Y precisamente esa es la situación en la discusión sobre salario mínimo.
Aún peor, ni siquiera podemos hacer estimaciones de impacto sobre medidas objetivas como el nivel de empleo, nivel general de precios, ingreso personal disponible porque la información necesaria no está disponible, al menos no lo está para el público general.
Debido a la falta de información, ninguna conformación del CNSM, ningún acuerdo que se logre, ya sea de consenso o no, garantiza que se logre mejorar el bienestar social. Se necesita fortalecer el sistema de estadísticas nacionales y volver coherente su red de instituciones administradoras.
Aún más, se necesita que la gestión estadística sea transparente y contestable. Para eso se requiere de una red paralela de instituciones no gubernamentales (Universidades y Tanques de pensamiento) que generen sus propias estadísticas redundantes y complementarias.
De este modo se logran dos objetivos; dar credibilidad y calidad a las estadísticas gubernamentales ya que se podrían validar contra las de los privados; y dotar a los investigadores (no sólo economistas) de más y mejor información para que las políticas se guíen por estudios serios y no por discursos políticos o politiqueros cargados de ideología y carentes de contenido.