Lunes, 16 Noviembre 2020 15:40

¿EN PELIGRO EL PROCESO DE PAZ PARA EL SAHARA?

Escrito por  Dr. Napoleón Campos, Especialista en Temas Internacionales
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Este servidor ha prestado atención al proceso de paz en el Sáhara Marroquí por varias razones que he explicado suficientemente. Pero me parece importante reiterar dos íntimamente vinculadas: como ciudadanos de una región (Centroamérica) y un país (El Salvador) que recibió una especial atención de la comunidad internacional para negociar la paz en los 80s y 90s, estamos ética y políticamente obligados a colaborar con los procesos de pacificación en otras parte del mundo; segundo, el Reino de Marruecos es socio y cooperante del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y bajo tal amistad ha fortalecido los nexos bilaterales con cada país centroamericano.

¿Qué nos indican los hechos?

Como sabemos, el Frente Polisario fue reconocido como una de las expresiones de los grupos étnicos saharauis a mediados de los 70s tras el retiro de Francia y de España del Norte de África. El Polisario obtuvo, y sigue obteniendo desde entonces, un gigantesco apoyo político, financiero, logístico y militar por Argelia. La pérdida progresiva de legitimidad del Polisario, de sus dirigentes históricos señalados por corrupción, de la mano con la inestabilidad de Argelia que favorece a las mafias que se lucran, desde décadas, con los recursos energéticos del pueblo argelino, ha generado momentos difíciles desde el alto al fuego logrado el año de 1991.


El Guergerat es un paso fronterizo para bienes y personas con Mauritania, y por ello se encuentra dotado de un estatuto especial dentro del proceso vigilado por la MINURSO. Mauritania es el tercer fronterizo vinculado por la MINURSO y el Consejo de Seguridad, quien ha contribuido a la pacificación a diferencia de Argelia.

El bloqueo en El Guerguerat es una delicada violación al proceso. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (NNUU) -en sus resoluciones 2414, 2440, 2468, 2494 y 2548- ha venido expresando su preocupación por la presencia de células armadas del Polisario en dicha zona. En ese sentido, le urgen a que se retire y se abstenga de realizar de todo acto desestabilizador que coloque en riesgo las negociaciones.


Varios factores se han conjugado y que explican estas provocaciones del Polisario, cuya sede conviene recordar sigue en Tinduf, Argelia. Un primer factor, el creciente apoyo político al plan de autonomía de Marruecos para el Sáhara -presentado el 2007- en favor de la conclusiva integración de los grupos étnicos saharauis.

El Consejo de Seguridad ha calificado la iniciativa como "seria" y "creíble" en diecisiete resoluciones sucesivas siendo la más reciente la resolución 2468 del 30 de abril de 2019. En esta resolución 2468, el Consejo destacó “que la situación en el Sáhara Occidental continúa siendo relativamente tranquila, se sigue observando el alto al fuego, y las Partes respetan el mandato de la MINURSO” al tiempo “que los progresos de las negociaciones son esenciales para mejorar la calidad de vida del pueblo del Sáhara Occidental en todos sus aspectos”.


Reportes in situ han evidenciado los resultados de los esfuerzos de desarrollo económico y social de Marruecos en el Sáhara, particularmente los emprendidos desde 2015, constatados por el Enviado Especial de Antonio Guterres, Secretario General de NNUU. La conectividad del Sáhara con el resto del continente es otro elemento clave el cual se ha materializado con los convenios entre Marruecos y 10 naciones para abrir consulados generales en las localidades de Laayún y Dajla, ciudades reclamadas por el Polisario. Guterres puso de relieve en un informe que “entre el 18 de diciembre de 2019 y el 12 de marzo de 2020, Burundi, la República Centroafricana, las Comoras, Costa de Marfil, Yibuti, Gabón, Gambia, Guinea, Liberia y Santo Tomé y Príncipe inauguraron consulados generales en Laayún y Dajla”.


Finalmente, el último factor de la ecuación es el surgimiento del Movimiento Saharaui por la Paz (MSP) compuesto por exmilitantes del Polisario y saharauis independientes, descontentos por la corrupción de la dirigencia tradicional cómplice con Argelia. De hecho, ante lo sucedido en El Guerguerat, el MSP solicitó la firme presencia de la MINURSO y aplaudió las exhortaciones de Mauritania al Polisario para desistir de toda provocación y desestabilización. El MSP ha reiterado, durante esta crisis, su voluntad a ser reconocido por NNUU como un interlocutor legítimo y ser convocado a participar y colaborar responsablemente en las negociaciones por el bien del pueblo saharaui.

Marruecos neutralizó la amenaza polisaria y reabrió El Guerguerat volviendo a su funcionamiento normal y tranquilo. Marruecos demandó el retorno al alto al fuego en contraste con el llamado de guerra realizado por la dirigencia polisaria. Las NNUU, la Unión Africana y la vecina Unión Europea, han respaldado el llamado marroquí por el alto al fuego y la revitalización del proceso bajo el amplio marco de negociaciones que ofrece el plan de autonomía.

 

¿Qué sigue?

 

Tomando en cuenta el rol clave de las NNUU en el Sáhara que hasta ahora habían mantenido y consolidado el alto al fuego desde 1991, pero a la vez considerando la tensión interna a punto de desbordar en el Polisario (algunos señalan que la implosión en Tinduf es inminente contra la dirigencia), el pronóstico es de optimismo reservado.


Las NNUU deben hacer valer su capital político-diplomático para que el Polisario retire su declaración de guerra. El Consejo de Seguridad tiene la autoridad y el poder para lograrlo. No hay en la historia reciente una resolución de conflicto lineal, y menos podría ser cuando una de las Partes, Argelia, cuenta con una mafia cuya derrama económica es capaz de avivar el fuego como ahora lo ha demostrado empujando a los polisarios a esta demencial acción en El Guerguerat.


Hace 31 años caía el Muro de Berlín, y en Centroamérica se desarrollaban, paradójicamente, encarnizados combates que fueron el preludio del inicio del fin de los conflictos armados. En El Salvador, la ofensiva de noviembre de 1989 del FMLN escaló el enfrentamiento armado teniendo como una de las reacciones del ejército la orden superior para asesinar a seis Sacerdotes Jesuitas en la Universidad Centroamericana de San Salvador. Fue un acto de desesperación de la alta jerarquía militar cuyo uno de sus miembros recién fue juzgado y condenado en un tribunal español.


Aquellos episodios que marcaron nuestra juventud, pero también nuestro temple, fueron supremamente sangrientos respecto a las escaramuzas de hoy perpetradas por el Polisario en El Guerguerat. Pero las amenazas a las negociaciones son las mismas como igual, afortunadamente, son las esperanzas por un futuro en paz que brotan del escepticismo y la desolación.

 

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