En la columna anterior expliqué qué son las Monedas Digitales Gubernamentales (o CBDCs por sus siglas en inglés). Ahora quiero comentar lo que pasaría si se introduce una CBDC o un Digi-Colón en El Salvador.

Los aspectos técnicos de la creación de la moneda digital(tecnología base, protocolos de seguridad, escalabilidad, interoperabilidad, etc) no son demasiado relevantes en la medida que la nueva moneda posea las propiedades básicasrecomendadas por el BIS; lo que sí es relevante es el mecanismo de introducción en la economía; ese es el primer obstáculo por superar.

Debido a que la moneda debe ser “creíble”, en otras palabras,que las personas y las empresas confíen en usarla, esta moneda debe estar respaldada, al menos mientras crea confianza, por activos ya aceptados ampliamente, por ejemplo, dólares físicos o títulos del tesoro norteamericano o similares. Las reservas internacionales del Banco Central podrían servir para eso; el problema es que en El Salvador ya no existen verdaderas reservas internacionales desde que se dolarizó la economía en 2001, cuando se usaron para comprar la base monetaria en colones.

Entonces las únicas formas de introducir la moneda serían:

Esto resuelve el problema inicial, pero, una vez introducida la nueva moneda, el reto es mantenerla en circulación. El destino de la nueva moneda depende de la confianza que cree entre las personas, pero esta confianza se forma con el tiempo. El primer día de circulación del digi-colón no existe suficiente confianza aún y habrá un gran incentivo de las personas por cambiar sus digi-colones por dólares lo antes posible; ya sea comprando bienes o simplemente cambiándolos por dólares en cada transacción. Si el respaldo de los digi-colones es “suficiente” o no es una cuestión empírica y que depende de las expectativas de las personas, pero lo cierto es que, al inicio, cualquier monto de respaldo se reducirá debido a todos aquellos que conviertan sus digi-colones a dólares.

La cuestión de las expectativas tiene que ver con la habilidad del gobierno para mantener el tipo de cambio entre la nueva moneda y el dólar, y esta a su vez tiene que ver con el déficit del gobierno: si el gobierno gasta más que sus ingresos debe endeudarse o consumir sus activos, y ninguna de las dos alternativas pueden usarse indefinidamente.

En el caso de El Salvador, el gobierno tiene un déficit fiscal de aproximadamente 2,000 millones de dólares al año, su deuda ya casi alcanza el 90% del PIB y recientemente su calificación crediticia ha sido revisada a la baja. No creo que este sea un escenario que promueva la confianza.

Entonces, aún si el gobierno es capaz de mantener el tipo de cambio entre el digi-colón y el dólar, la poca confianza provocará que la nueva moneda regrese completamente a manos del gobierno: porque la gente y las instituciones cambiarán sus digi-colones por dólares a la primera oportunidad porque no creen que el gobierno mantendrá el respaldo por completo, ni tampoco por mucho tiempo.

Si el gobierno no contase con respaldo total para la nueva moneda, el argumento sigue siendo válido excepto que el tipo de cambio podría llegar a ser prácticamente cero dólares por digi-colón.

Si el digi-colón se introduce sólo parcialmente, no habría impacto en los precios denominados en dólares; pero si el digi-colón pretende reemplazar al dólar (esencialmente “des-dolarizar” la economía) el escenario se vuelve aterrador ya que los precios, ahora denominados en digi-colones, podrían dispararse, al devaluarse la moneda, y generar alta inflación.

Dado esto, ¿no es mejor simplemente esperar a que Estados Unidos cree el e-dollar y darle el mismo estatus que al dólar actual?